Nuestros amigos de la conservera «El Capricho» nos cuentan cual es el ritual para degustar la auténtica anchoa del Cantábrico. Os hemos preparado un vídeo realizando un «unboxing» de la caja negra deluxe que podrás encontrar en La Alacena Castellana en Almería.

El Capricho solo utiliza una especie de anchoa: Engraulis encrasicholus. La más apreciada por su sabor. Pescada en el Mar Cantábrico. La única forma de asegurar un producto fresco. Solo utilizan un proceso de maduración. La garantía de que el producto sea uniforme.

Ritual para comer la anchoa «El Capricho»

Sacar del frigorífico dos horas antes para que, lentamente, sin prisa, vaya adquiriendo una temperatura ambiente.

No es momento aún de abrir la lata. Recomendamos que se ponga a hacer otras cosas, que olvide las anchoas durante ese tiempo (si puede). No se quede mirando la lata pues se han observado efectos adversos: palpitación excesiva, salivación, temblores, impaciencia.

Abrir la lata media hora antes de servir para facilitar la oxigenación

Este es, probablemente, el paso más difícil. Recomendamos que la apertura se lleve a cabo con los ojos cerrados y aguantando la respiración. Una pequeña ojeada, una leve pincelada del aroma, podría echar a perder las dos horas de paciente espera anteriores y convertir al más civilizado de los mortales en una fiera incontrolable.

Importante: No se engañe con eso de “una y ya está”. Apártese, respire profundamente y recuerde la virtud que es la paciencia.

Servir

Ahora sí. Ármese con un palillo o un tenedor, piche una, solo una, huélala, cómala de un bocado, mastique, saboree, cierre los ojos si es preciso. Y recuerde que en esa lata ha quedado atrapado el tiempo, que en ella hay un año de esmerado trabajo, cinco lustros de cariño y más de un siglo de tradición conservera.

Nota importante: La idea de envasar nuestros productos en varios formatos tiene que ver con sus características de consumo. Conviene, una vez abierta una lata, comerla entera (algo, por otro lado, no muy complicado) para que las anchoas no pierdan ni un ápice de su aroma y sabor.